HUESCA | “La sensación en directo es que no es acción de expulsión. Hay un pisotón en el tobillo, totalmente, pero con una tarjeta amarilla se podía haber solucionado”. Con esta contundencia se expresó Sergi Guilló tras la derrota de la SD Huesca en Ceuta (2-1), un partido marcado por la polémica decisión arbitral que dejó a los oscenses con diez jugadores a falta de casi cuarenta minutos.
El técnico defendió a su delantero Sergi Enrich, expulsado en el minuto 51 tras un pisotón en una jugada fortuita. Guilló lamentó que el VAR interviniera en una jugada que, a su juicio, no tuvo trascendencia real: “El VAR tiene que estar para otras cosas, con más relevancia y con más intencionalidad de la que ha habido”.
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Pese a la inferioridad, el Huesca no se rindió. Enol firmó un golazo en el 84’ que devolvió la esperanza, aunque el tanto final de Obeng dejó sin premio la resistencia oscense. Para el entrenador, el esfuerzo de sus futbolistas fue indiscutible: “Con 10 creo que fuimos mejores, intentándolo, siendo valientes, intentando presionar y que ellos tuvieran poco tiempo”.
Un once con novedades atrás
El planteamiento inicial ya dio que hablar, con Hugo Pérez e Íñigo Piña en el centro de la defensa. Guilló explicó que buscaba nuevas soluciones tácticas: “Hoy entendíamos que nos venía mejor un central diestro jugando en la izquierda, precisamente en las conducciones para poder salir de ciertas presiones. Así ha entrado Hugo, que es un jugador que tiene muy buena conducción”. En su opinión, el ajuste respondió al plan de partido y no a una rotación sin más: “Tenía bastante claro que el partido hoy era para Hugo y Piña en el centro”.
Más allá de la expulsión, el entrenador reconoció que el equipo estuvo lejos de su mejor nivel en ataque. “No hemos hecho una buena primera parte y en la segunda estuvo muy condicionada por la expulsión”, admitió. De esta forma, el propio Guilló dio mérito al rival: “Ellos han sido mejores, sobre todo en esa primera parte, y era justo que se fuesen al descanso. A partir de ahí, luego el partido, incluso con diez, se equilibra bastante”.
Asimismo, el dato de que el Huesca no lanzara ningún saque de esquina en todo el encuentro reflejó la falta de profundidad. El técnico no lo escondió: el equipo apenas generó ocasiones claras más allá de la de Julio Alonso en la primera mitad y el gol de Enol en la recta final.
La autocrítica de Sergi Guilló
Preguntado por si había sido el peor Huesca en estas cuatro jornadas ligueras, Guilló se mostró crítico: “No sé si el peor, pero sí que me ha faltado hincar el diente un poco más”. El valenciano detalló que el problema estuvo en la falta de verticalidad: “Hemos tenido más secuencias de pases, de encontrar, de atrevernos, pero sin encontrar ventajas claras. Ellos se han replegado un poquito más, sobre todo después del gol, y ahí hemos tenido control, pero sin hacerle daño al rival”. Así, la comparación con anteriores jornadas fue inevitable: “En los anteriores partidos había más vértigo. Hoy controlamos más, pero sin hacer daño al rival”, sentenció.