ZARAGOZA | Dos de dos. Así se las gasta el Casademont Zaragoza de Carlos Cantero, que volvió a ganar en su segunda cita de la Park Shin-Ja Cup en un partido cómodo, muy distinto del primero, en el que el físico y la calidad se impusieron a un Woori Bank que apostó todas sus cartas al triple (87-63). A pesar de que tras el descanso el cuadro surcoreano mejorara, la potencia física de Gueye (20 puntos) y Bankolé (17), sumada a la clase y al multitasking de Voráčková (mejor rojilla con 14 puntos, 6 rebotes y 8 asistencias, solamente fallando dos tiros) se impusieron en un duelo que pone al conjunto aragonés a un paso de las semifinales.
Asimismo, Cantero también pudo comprobar de primera mano que el talento de Helena Pueyo sigue intacto (16 puntos con 4/7 en triples, amén de 5 rebotes), al igual que el de Mariona Ortiz, reservada para futuras fechas con 16 minutos, que dejó 7 asistencias y muy buenas conexiones con las propias Voráčková y Gueye.
Sobre el partido en sí, Cantero alineó un buen quinteto con Mariona, Pueyo, Voráčková, Gueye y Hempe. Tras un primer minuto errático, de mucha disputa y de canastas precipitadas que acababan en nada, el Woori Bank rompía el hielo con un buen triple, pero el Casademont no se dejaba doblegar fácilmente y vía Hempe y Gueye sacaba unos libres que lograban igualar la contienda (3-3) a falta de 7 minutos para concluir el primer cuarto.
La diferencia en el físico de las jugadoras era evidente. Consciente de ello, el conjunto surcoreano tenía clara su estrategia: lanzamientos exteriores (casi siempre triples) sin apenas pugnar por el rebote para reagruparse rápidamente en defensa. Por su parte, el Casademont gozaba del poder físico de Bankolé, que sacaba faltas por doquier y que era una amenaza constante en la pintura. También de una buena asociación entre Voráčková y Mariona, al igual que cinco puntos consecutivos de Pueyo que ponían el 15-8 a falta de seis minutos.

Sin embargo, el Woori Bank no tiraba la toalla y seguía apostando por la calidad de sus lanzadoras que, a pesar de intentarlo con todas las de la ley, cada vez reducían más su caudal y porcentaje anotador, gracias en parte a una buena defensa rojilla (hoy de blanco) que punteaba los tiros e iba como hay que ir a los rebotes: fuertes y seguras. Así, el primer cuarto fue 23-13 para el Casademont, que impuso su ley del principio al fin del periodo.
En el segundo cuarto, el Casademont comenzó aprovechando la anárquica defensa coreana, con una buena Voráčková y una propicia Laia que estaba dirigiendo el juego a las mil maravillas. Bankolé también tuvo tiempo de demostrar su calidad exterior con un buen triple, seguido de un ganchito de Oma que empezaban a poner tierra de por medio (30-16).
Para mayor inri, Helena Pueyo engrasaba su muñeca con hasta dos triples consecutivos que dejaban patente su calidad. Así, a pesar de que el Woori Bank lograra otros dos lanzamientos desde detrás del 6.75 seguidos, el Casademont no sufría. Lejos de ello, las pupilas de Cantero se estaban divirtiendo como auténticas niñas, jugando un baloncesto vistoso, agresivo y sobre todo coral. Con todo ello, no hubo tiempo para más y Voráčková anotó el 45-29 que marcó el descanso en el Busan Sajik Gymnasium.
Las coreanas intentaron 30 lanzamientos de triple de los que encestaron 7 (23%), también con 3/10 (30%) en tiros de dos. El Casademont, en cambio, sumaba 11/20 en canastas. (55%) y un 4/9 (44%) en triples. La diferencia entre ambos planteles era palpable.

Una segunda mitad cómoda para el Casademont Zaragoza
El paso por los vestuarios vino mejor a un Woori Bank que logró recortar diferencias en este tercer cuarto. A pesar de que Gueye y Bankolé exhibían su poder físico en la pintura con dos canastas, un parcial de 8-0 para las coreanas empezaron a sembrar algunas dudas (49-37). Dudas que trató de despejar Pueyo con otro triple made in Palma, al igual que la conexión Mariona – Gueye y Voráčková – Hempe, que se sentían como un soplo de aire fresco ofensivo (56-39).
Sin embargo, el cuadro coreano no renunciaba a nada y a base de esfuerzo y de autoconvencimiento seguían tirando del triple como única arma ofensiva. Así, el conjunto entrenado por Wi Sung-woo recortó algunas diferencias hasta volver a ponerse a 11 puntos de diferencia, gracias a un buen parcial de 5-0 (58-47). Para bien o para mal, llegó el final del tercer cuarto y el resultado, más allá de un buen rebote ofensivo de Hempe, prácticamente no se movió y ambos equipos se marcharon al último parcial con 60-47 en el casillero.
El último cuarto fue un mero trámite para un Casademont que ya se sentía ganador. Las de Cantero siguieron explotando sus virtudes con una Voráčková que hacía una penetración que a alguno le recordará a la buena de Tanaya Atkinson y una Aminata Gueye que estaba haciendo una auténtica escabechina en la pintura hasta llegar al ecuador del periodo con 70-54.
No contento con ello, la pívot de 23 años siguió siendo un tormento para las coreanas, que poco podían hacer ante los 190 centímetros de la francesa, que se imponía en cada duelo y que sumaba 4 puntos consecutivos tras una canasta y dos libres que ponían mucha tierra de por medio (76-54). Sin mayor historia, la propia Gueye siguió divirtiéndose bajo el aro y fue Bankolé quien, con dos libres, cerró el partido 87-63.