HUESCA | La temporada entra en su recta final, pero las vueltas por etapas siguen marcando el pulso competitivo. Después de un intenso mes de julio, el Torres – Sobato retoma la acción a partir de este viernes con la Vuelta Ávila, última cita por etapas de su calendario estival y que pondrá fin a una concatenación de pruebas en Castilla y León.
Será la única ronda de varios días para el equipo aragonés en este caluroso mes, y llega en un momento clave para afinar sensaciones antes del cierre de campaña.
La carrera comenzará con una jornada ideal para corredores potentes, aunque con cotas que podrían romper cualquier intento de sprint. El viernes, el pelotón partirá rumbo a Aldeavieja en un recorrido donde la resistencia y la colocación serán claves.
El sábado llegará el primer pulso para los escaladores, con salida en El Oso y final en Sotillo de La Adrada, tras pasar por el exigente Puerto de Casillas (1ª categoría), muy cerca de meta. Esta etapa podría marcar ya diferencias importantes en la clasificación general.
Una última jornada decisiva para Torres – Sobato
El domingo se celebrará la etapa reina: 141 kilómetros entre Navarredondilla y Ávila, con cuatro puertos en el recorrido y prácticamente sin un metro de descanso. Será la última oportunidad para que los más fuertes lancen su ofensiva y busquen la victoria final.
Para el Torres – Sobato, la Vuelta Ávila supone no solo un nuevo reto, sino también una oportunidad para sumar protagonismo y resultados en un terreno exigente. La combinación de jornadas para rodadores y escaladores obliga al equipo a mostrar versatilidad y estrategia, algo que ha caracterizado su temporada.
El calor, el desnivel y la intensidad de las etapas prometen una competición dura, pero también espectacular para los aficionados que sigan el paso del pelotón por tierras abulenses.