Will Kirkham, el mejor del equipo en Legazpi
La clásica vasca, con 153 kilómetros de recorrido y un exigente encadenado de puertos, no defraudó en su dureza. La jornada arrancó con una fuga tempranera de tres corredores, mientras el Torres – Sobato controlaba la situación desde el pelotón. Con el paso de los kilómetros, el grupo principal fue perdiendo integrantes debido al alto ritmo y la selección natural que impone un perfil plagado de cotas como Liernia, Aztiria, Eizaga o Gabiria, además del temido muro de Kirtenberg (1 km al 11%), verdadero juez de la carrera.
En ese momento clave, Will Kirkham demostró inteligencia y fuerza para filtrarse en el corte bueno de 20 unidades. Aunque no pudo mantenerse con los hombres más fuertes en el tramo final, sí consiguió finalizar 42º, a las puertas de la zona de puntos, firmando una actuación más que meritoria en un pelotón de altísimo nivel.
El mes más exigente del año
Con la Santikutz Klasika ya en el retrovisor, el Torres – Sobato encara un mayo cargado de pruebas, entre las que destacan las últimas etapas de la Copa de España, antes de poner el foco en los compromisos por etapas del calendario nacional. La escuadra dirigida desde Aragón sigue fiel a su filosofía de ofrecer protagonismo a sus ciclistas tanto en fugas como en momentos clave, y buscará en los próximos días nuevos resultados que refrenden el crecimiento colectivo del equipo.
La formación, que este año celebra su décima temporada como equipo amateur, mantiene su presencia habitual en las citas más importantes del panorama estatal, con una mezcla de juventud internacional —como la del australiano Kirkham— y talento nacional, que busca consolidarse paso a paso en la élite del ciclismo formativo.