TERUEL | El mundo del motociclismo español vive otra jornada de luto. Pau Alsina, joven talento catalán de tan solo 17 años, ha fallecido esta mañana como consecuencia de un grave accidente sufrido el pasado fin de semana en el circuito de MotorLand Aragón, donde se encontraba realizando un entrenamiento. El piloto fue intervenido de urgencia, pero no logró superar las lesiones.
Alsina, nacido el 22 de enero de 2008 en Sallent de Llobregat, era una de las figuras emergentes del motociclismo nacional. Este 2025 competía en el Campeonato del Mundo de JuniorGP con el Team Estrella Galicia 0,0, estructura reconocida por su apuesta constante por la cantera. Su pérdida supone un duro golpe para todo el entorno del motor, especialmente para quienes habían seguido de cerca su evolución meteórica sobre dos ruedas.
Un accidente que estremeció al paddock
El siniestro tuvo lugar el pasado sábado, durante una sesión de entrenamientos privados en el trazado turolense de MotorLand Aragón. Según las primeras informaciones, Alsina salió despedido de su moto, recibiendo un fuerte impacto en la cabeza al caer. Fue atendido rápidamente por los servicios médicos del circuito y trasladado de urgencia a un hospital de Zaragoza, donde los equipos sanitarios realizaron una intervención quirúrgica con carácter inmediato.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos médicos, el joven piloto no logró superar la operación. Su fallecimiento se ha hecho oficial este lunes, y ha sido confirmado por medios regionales como Regió7 y Ona Bages, así como por el propio Gobierno de Aragón, que ha expresado su pesar en un comunicado institucional.
“El Gobierno de Aragón transmite su más sincero pésame a sus familiares, compañeros y amigos”, expresaba el comunicado. “Alsina competía con el equipo Estrella Galicia en el campeonato de FIM JuniorGP, cuya siguiente prueba se celebrará el próximo fin de semana en el circuito de velocidad de Aragón”.
Una trayectoria breve, pero deslumbrante
Pau Alsina estaba considerado como uno de los nombres llamados a destacar en los próximos años. Esta temporada ya había sumado resultados prometedores en el JuniorGP, campeonato tutelado por la FIM, donde ocupaba la 13ª posición en la clasificación general. Había conseguido puntuar en todas las carreras, salvo en la primera, y su mejor resultado fue un octavo puesto en el Circuito de Jerez, el pasado 1 de junio.
También competía de forma paralela en el CIV Moto3 italiano, donde estaba firmando una actuación notable. Marchaba cuarto en la general, con dos podios: un segundo puesto y un tercero en Vallelunga, logrado el 29 de junio. Su progresión, a pesar de su juventud, ya despertaba el interés de estructuras superiores y confirmaba el potencial de una generación que sigue alimentando el legado español en el motociclismo mundial.
Referentes claros, sueños grandes
Como tantos otros jóvenes pilotos de su generación, Alsina tenía claras sus metas y sus ídolos. En más de una ocasión había confesado su admiración por los hermanos Márquez y los Espargaró, figuras a las que aspiraba no solo a imitar, sino a alcanzar algún día en la élite.
Su perfil combinaba talento, disciplina y una mentalidad competitiva muy marcada, rasgos que le habían permitido entrar en el radar de los equipos más punteros de la base. Su presencia en Estrella Galicia 0,0 era prueba de ello: un entorno diseñado para moldear campeones y que hoy llora la pérdida de uno de sus diamantes en bruto.
El motociclismo, de nuevo de luto
El fallecimiento de Pau Alsina se produce apenas unas semanas después del de Borja Gómez, otro joven piloto español que perdió la vida en un accidente múltiple durante unos test en Magny-Cours. La tragedia vuelve a golpear a un deporte que, por más que se ha volcado en mejorar la seguridad, sigue expuesto a la crudeza de sus riesgos.
La comunidad del motor ha comenzado a rendir homenaje a Alsina con mensajes de despedida, condolencias a la familia y muestras de afecto desde equipos, instituciones y aficionados. Porque más allá de los resultados, se va una vida joven, un compañero de paddock, un futuro por escribir que se ha quedado, injustamente, sin páginas.