ZARAGOZA | El Campeonato de Aragón de Montaña celebra este sábado su segunda prueba de la temporada, y lo hace en un escenario espectacular: la 9ª Subida al Castell de Guadalest, en la provincia de Alicante. La cita, que también puntúa para el certamen valenciano, promete un alto nivel de exigencia en su recorrido cronometrado de 5,541 kilómetros con un desnivel de 292 metros.
Aunque la representación aragonesa será reducida en cantidad, no lo será en calidad. Tres pilotos con licencia aragonesa tomarán la salida en el grupo reservado a Turismos (Grupo 1), cada uno en una clase distinta:
-
Víctor Manuel Segura (Peugeot 207 RC) llega como líder entre los representantes aragoneses y de la clase 3. El piloto buscará consolidar su posición en un trazado que combina técnica y velocidad.
-
Rubén Magallón (Citroën Saxo VTS) también parte con aspiraciones, ocupando la tercera plaza de la clasificación scratch y siendo el actual líder de la clase 1.
-
Rubén Josa (Volkswagen Golf GTI MK3) completa el trío aragonés, situándose en la quinta posición de la general y como segundo en la clase 2.
Un trazado de altura para una prueba decisiva
El escenario de la Subida al Castell de Guadalest es la carretera CV-755, un recorrido mítico enclavado en la Marina Baixa, con un perfil exigente y espectacular que combina zonas rápidas con tramos técnicos. Serán 5.541 metros cronometrados en los que cada segundo cuenta. Una subida que no solo pondrá a prueba la potencia de los vehículos, sino también la destreza y el temple de los pilotos.
La organización, a cargo del Automóvil Club Costa Blanca, ha preparado un programa compacto. Las verificaciones administrativas y técnicas se celebrarán el viernes entre las 16:00 y las 19:30 horas. El sábado se abrirá la jornada con entrenamientos libres oficiales a las 09:15, seguidos de una tanda de entrenamientos oficiales y dos mangas de carrera, donde se decidirán los ganadores.
Compromiso y competitividad del automovilismo aragonés
La presencia de estos tres pilotos en Guadalest refleja el compromiso del automovilismo aragonés por seguir creciendo y compitiendo al más alto nivel. Aunque en esta ocasión la representación numérica es modesta, la competitividad de los pilotos de FADA (Federación Aragonesa de Automovilismo) está fuera de toda duda.
Además, esta prueba supone un desafío añadido al disputarse fuera del territorio habitual del campeonato, lo que implica adaptarse a un entorno nuevo, con rivales habituales del certamen valenciano, que también puntúa en esta subida. Un doble aliciente que eleva la dificultad y el valor de cada resultado.