En Oviedo nada es como antes. Lejos han quedado las serias dudas y al ultimátum al que se vio sometido su entrenador a final de 2018. Tras la derrota ante el Granada se hizo campaña a favor del entrenador del filial, Javier Rozada, el cual tiene al Real Oviedo Betusta en lo alto de la Segunda B. Sin embargo, Juan Antonio Anquela lleva toda una vida acostumbrado a estas situaciones. Y una vez más, el ex-entrenador de la SD Huesca, ha sabido sobrevivir y recuperar una racha ascendente que devuelva al equipo asturiano a la zona que se le presupone, la pelea por los play-offs de ascenso. Tras tres victorias consecutivas ocupa la novena plaza a solo dos puntos del Alcorcón (6º clasificado).
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Las lesiones han sido clave
Al igual que en el Real Zaragoza, las lesiones están suponiendo un grave contratiempo para los intereses del equipo asturiano. Gente clave como Saúl, Forlín, Ibrahima Valdé o Joselu han sido o están siendo baja durante bastantes jornadas. Anquela ha recuperado la línea de 5 para contrarrestar estas bajas y hacerse fuerte a partir de una muy buena presión sin balón y del balón parado (la debilidad más clara del equipo de Victor Fernández). Queda la duda de si en la Romareda se atreverá a salir a morder tan arriba como hizo en el campo del Extremadura. En los Cármenes y en Riazor fue fiel a esa propuesta y no le salió bien, goleada incluida ante el equipo de Natxo González.
Se espera que el entrenador andaluz repita el mismo once que ante el Extremadura pudiendo sustituir a Mossa por Bolaño, en lo que sería una decisión más defensiva. El que estará seguro es el joven Javi Hernández, cedido por el Real Madrid y que se ha hecho de manera indiscutible con la titularidad ya sea como central zurdo o incluso como lateral. Otro nombre a seguir es el de Bárcenas. El extremo panameño ha visto puerta en los dos últimos partidos y es el máximo artillero, con 5 dianas, de un equipo que no ha encontrado un delantero fiable, sobre todo por las lesiones de Joselu e Ibra.
Así pues la escuadra asturiana buscará este próximo viernes su «particular revancha» tras el 0-4 recibido el pasado 8 de septiembre en el Carlos Tartiere. Por su parte para el Real Zaragoza este partido debe significar, como ya pasó en la primera vuelta, un antes y un después. Esperemos que en este caso sea mucho más positivo y el equipo de Victor Fernández sepa traducir el buen juego que viene acumulando en un mayor dominio de las áreas.