Y el preparador del Bada no se refugió en esa decisión para explicar la derrota. Ni mucho menos. “Los árbitros no han influido en el resultado”, aseveró para limpiar cualquier suspicacia. “Contra equipos tan potentes no puedes cometer errores. Cada fallo nuestro es una ventaja para ellos”, acotó. Esos tres siete metros errados pesan en el cómputo global al igual que esa falta de madurez del grupo para los momentos clave que hay en cada encuentro y que se mitigan con duelos de este calibre. Uno fue en la primera parte y los otros dos en el segundo acto de un partido en el que, recalca Nolasco, “es para guardarlo en vídeo”.
El Bada acaba séptimo y eso que tuvo la quinta plaza a mano. Cuenca y Anaita empataron y rozó el milagro de ganar al Barça en el Palau y en un día de fuertes emociones como la despedida de un símbolo del club en la última década Noddesbo y de un zurdo de oro como Lazarov que se va al Nantes.
El trabajo colectivo del Bada Huesca fue brutal, reflejo de que acaba el campeonato regular a plena potencia y con un elevado nivel de juego en su conjunto. En el vestuario, esa derrota por la mínima contra el Barça fue difícil de masticar. Sobre todo porque se rozó la proeza y porque ese pasivo en la última jugada nadie lo entendió. “La cara de los jugadores es la misma que expresaron tras los encuentros contra el Naturhouse La Rioja y el Granollers en el Palacio. Es una pena, pero ya nos la conocemos”, explica Nolasco.
El equipo vuelve a los entrenamientos el martes con la vista puesta en la final a ocho de la Copa del Rey que se disputará en León y que en el emparejamiento le tocó el Barça. “¿Qué ya están avisados de cómo jugamos? Da igual”, sentencia el preparador del Bada.