ZARAGOZA | Ni el calor ni el verano detienen a los mayores de Zaragoza. El Ayuntamiento, a través de los Centros de Convivencia de Mayores, ha puesto en marcha un completo programa de actividades para los meses de julio y agosto con el objetivo de fomentar el ejercicio físico, las relaciones sociales y el contacto con la naturaleza.
Entre las propuestas más populares se encuentra el aquagym, una gimnasia acuática de bajo impacto que permite mantenerse en forma sin riesgo de lesiones. Más de 300 mayores participan ya en esta actividad en los centros de Universidad, Peñaflor, Torrero, Oliver, Valdefierro y Río Ebro. Las sesiones se realizan en grupos reducidos, duran 35 minutos e incluyen calentamiento, ejercicios dentro del agua y estiramientos con música relajante. La mayoría de plazas están cubiertas, aunque aún es posible inscribirse en Valdefierro.
Además del deporte en el agua, el Centro Universidad José Atarés ofrece clases de ajedrez los martes y jueves por la mañana, impartidas por Enrique Sánchez, maestro jubilado y referente del programa Ajedrez a la Escuela. Una veintena de personas entrenan su mente en un ambiente distendido, que combina aprendizaje, estrategia y convivencia.
Por su parte, el Centro de Convivencia Luis Buñuel, en colaboración con el Plan Integral del Casco Histórico (PICH), ha lanzado el programa Despierta con la naturaleza, que propone paseos por zonas verdes como la ribera del Ebro durante las primeras horas del día. Estas caminatas, además del ejercicio físico, permiten descubrir la flora y fauna urbana y fomentan el contacto con el entorno natural.
Más que ejercicio: comunidad, salud y bienestar
“Estas actividades sirven para que los mayores de Zaragoza salgan, se diviertan y hagan ejercicio a pesar de las altas temperaturas”, explicó Paloma Espinosa, concejal delegada del Mayor, durante una sesión de aquagym en el Centro Deportivo Gran Vía. Participan personas de entre 65 y 88 años, muchas de las cuales prolongan la actividad durante el invierno en las piscinas cubiertas municipales.
Con este programa, Zaragoza apuesta por un envejecimiento activo, saludable y acompañado, combatiendo uno de los grandes riesgos del verano: la soledad no deseada. Porque cuando hay oportunidades para moverse, aprender y compartir, el calor se lleva mucho mejor.