Un vasco y una madrileña. O una madrileña y un vasco. Iñigo Alzola y Elena Viejo fueron los ganadores absolutos del cross urbano Villa de Biescas que el jueves llegó a su edición número 12, y que fue espectacular. El marchamo de urbano -3 vueltas a un circuito de 2 kilómetros- siempre tiene un sabor especial. Cuando la localidad está en fiestas, más. La recta de meta fue un jolgorio para los 150 atletas que se dieron cita en una competición incluida en el calendario de carreras de la comarca del Alto Gállego. El cross urbano Villa de Biescas estuvo organizado por el Ayuntamiento de Biescas y la asesoría técnica de sportevento.com.
Y Biescas fue un hervidero de atletas, de vecinos y turistas con la misma idea de pasarlo bien. Los corredores, al menos el núcleo más fuerte del pelotón, voló. Los primeros marcaron un crono de 19m41s en el caso de Iñigo Alzola y 25m09s en el de Elena Viejo. Y el último paso por meta tuvo su salsa. Alzola y José Muro se la jugaron en un final espléndido en el que el vasco se impuso por un segundo a quien, a la postre, fue primero de veteranos. La primera en esta categoría fue Vicky Pérez con un tiempo de 26m16s.
El circuito urbano de Biescas era rápido con dos puntos que ‘castigaron’ el paso de los corredores. La subida a Arratiecho, asfaltada, que conectaba con el descenso a la localidad. La primera vuelta cargó las piernas menos que la tercera. Sobre todo, a quien no reguló. El callejeo por Biescas estuvo acompañado del ánimo de los aficionados que desde las aceras y veladores aplaudieron el paso de los corredores. Sirvió de conexión entre la subida al parque de Arratiecho y el descenso a la trama urbana de la localidad.
En el pelotón más de un nombre ilustre. No faltaron a la cita Apilluelo, Guzmán Sanz, Alberto Torres ni tampoco el exjugador del Huesca Juanjo Camacho, que dio muestras de que sigue en plena forma. Fue el 18 y firmó un tiempo de 23m11s. Todos ellos dieron más luz a una carrera brillante que este año ha tenido un notable incremento de participación respecto a la edición anterior.
El guipuzcoano Iñigo Alzola posiblemente sorprendió a más de uno con su ritmo. En este tipo de carreras, los más habituales se conocen y los ‘tapados’ pasan desapercibidos. Alzola conocía el recorrido, aunque nunca había ganado. Era el tercer año en el que competía y reconoció que era “duro” por la subida a Arratiecho. El de Arrasate ha sido corredor por montaña por lo que ese tramo le iba bien. Su estrategia fue clara: “Salí a tope para ver cómo aguantaba mi cuerpo y sufriendo hasta el final”.
La madrileña Elena Viejo reconoció que el triunfo no fue nada fácil. “Ha sido muy bonita la carrera, pero nada fácil. En la primera vuelta he dicho que creía que podía aguantar con ese ritmo, pero luego, con la subida, he visto que podía costar y he tenido que regular”, señaló. Madrileña que veranea en Biescas, a sus 16 años practica triatlón con lo que carreras como la de Biescas le sirven de entrenamiento.