La temporada del Real Zaragoza no ha acabado como mucha gente esperaba al inicio. Pocos han igualado los pronósticos y varios jugadores han decepcionado. Sin embargo, también otros han superado las expectativas y han levantado de su asiento a la afición zaragocista en ocasiones.
Las revelaciones
Con diferencia, la mayor revelación del Real Zaragoza esta temporada ha sido Giuliano Simeone. El italoargentino venía de marcar 25 goles en 36 partidos en 3 RFEF. Una buena marca pero en una división muy baja. Le ha dado igual el salto de divisiones y ha sido la referencia ofensiva del equipo. Sus 9 goles le han convertido en el máximo goleador del Real Zaragoza y décimo de toda la competición. Goles, habilidad en el regate, ímpetu y ganas… Las buenas cualidades del Cholito han hecho que equipos de primera se fijen en él y aunque Cordero le vaya a esperar, su regreso un año más es una quimera.
Otro de los fichajes que cayó de pie en invierno ha sido el de Thiago Bebé. Todos sabían lo que Bebé podía ofrecer. Un jugador espontáneo, capaz de todo pero con la carga de la irregularidad a sus espaldas. Sin embargo, desde el primer día aportó el plus que necesitaba la delantera y esa irregularidad que había mostrado en otros equipos no se percibió. El propio extremo caboverdiano experimentó un cambio en su juego a lo largo de la segunda vuelta. Al principio era un jugador más solitario, daba igual donde estuviera que si veía ocasión de remate, disparaba. Con el tiempo fue aportando más al equipo y acabó formando un gran tándem en banda izquierda con otra de las revelaciones de la temporada, Carlos Nieto.
El canterano aragonés fue criticado en temporadas anteriores y siempre había tenido un rol secundario en el equipo. Nunca fue un gran centrador y en defensa generaba muchas dudas. Sin embargo, este año ha sido un cerrojo. Ha mejorado muchísimo en defensa y una vez que se hizo con la titularidad, dejó a Gabi Fuentes sin minutos.
La zaga también ha experimentado la mejoría de uno de sus centrales, Lluis López. El año pasado comenzó de mala manera y, sumado al dúo que hicieron el año pasado Jair y Francés, cuando gozaba de minutos el bajón era claro. Sin embargo, esta campaña se han cambiado las tornas. Lluis se ha convertido en la pareja más habitual de Jair Amador, mientras Alejandro Francés ha experimentado un ligero bajón. Realmente Francés no ha rendido especialmente mal pero entre las altas expectativas que tenía y la mejora del catalán, se puede considerar una de las decepciones de la temporada. En la otra cara, gracias a su buen rendimiento Lluis se ha ganado la renovación por 2 años más en el Real Zaragoza.
Las decepciones
En el lateral derecho, aún teniendo 3 jugadores de la primera plantilla en dicha posición, un canterano como Marcos Luna pudo monopolizar la plaza durante varios partidos hasta su lesión de menisco. Por mucho que se haya dicho constantemente a lo largo de la temporada que Vigaray ya estaba recuperado de su grave lesión, no ha podido salir como titular en ningún partido.
Por otra parte, Larrazabal ha sido una de las grandes decepciones del Real Zaragoza. El vasco cuajó una gran temporada como carrilero el año pasado en Amorebieta y parecía que quizás este año podría rendir en Zaragoza. Fran Escribá ha insistido mucho en él, convirtiendo el cambio Gámez-Larra como el cambio más recurrente de la temporada. Siendo anteriormente extremo, pareciera que su mayor arma fuera el centro, pero solo ha dado una asistencia en los 33 partidos disputados. Además, el rendimiento defensivo ofrecido ha sido paupérrimo, lógico teniendo en cuenta que nunca había jugado tan desprotegido en defensa. Cordero ya ha confirmado que Larra no continuará el año que viene.
Igual que tampoco parece que continuará Valentín Vada. El argentino tiene una opción de prorrogar su contrato un año más pero Cordero dijo que no continuará. Este año Vada no ha parecido él. Era un jugador que siempre estaba en el momento indicado para anotar. El año pasado fue el máximo goleador junto con Iván Azón, pero este año solo ha marcado 3 goles repartidos en dos partidos. Fuera de los números, el sistema de Fran Escribá no ha beneficiado su juego y no se le encontró una posición adecuada.
En el mediocampo sobresalen 3 nombres por su pobre rendimiento. Manu Molina comenzó jugando todo con Carcedo. Era uno de sus niños, una petición expresa del murciano. Sin embargo, tan pronto llegó Escribá al Real Zaragoza, sus minutos de juego expiraron. Cuando era titular, su rendimiento fue mediocre, priorizando el pase horizontal al vertical. Quizás por eso no gozó de más minutos con el valenciano.
Si la petición de Carcedo no salió bien, a la de Escribá no le fue mejor. Tomás Alarcón parecía un fichaje perfecto para el 4-4-2 del míster. Además, reconoció que se lo quiso llevar a uno de sus anteriores clubes. Sin embargo, en sus primeros partidos mostró demasiados errores y Francho, Grau y Zapater le adelantaron rápidamente. Por último, en tramos de la temporada Eugeni parecía que no formaba parte de la primera plantilla. Desde que llegó al Real Zaragoza, al tarraconense se le ha echado en cara su poca resistencia. No ha terminado ninguno de los 6 partidos que ha jugado de titular. Cuando entraba al campo, tampoco se hacía notar.
La mayor decepción del Real Zaragoza, con mucha diferencia, ha sido Pape Gueye. El senegalés llegó con el cartel de delantero estrella y se va sin haber anotado un solo gol. Torrecilla lo vendió en exceso en su presentación y no ha cumplido para nada las expectativas. En ocasiones, parecía que nunca hubiera competido en el fútbol profesional y nunca se entendió con sus compañeros en el campo.