ZARAGOZA | Fran Gámez debe haber hecho algo muy grave. Si no, no se explica lo que está pasando en el lateral derecho del Real Zaragoza. Con esto no quiero decir que este jugador pueda ser comparado con Cafú o Belsué, en la historia del fútbol o del Real Zaragoza, pero ha sido un jugador cumplidor, que en estos años de oscuridad, es más que suficiente.
Fran Gámez termina contrato esta temporada. Algo normal en un futbolista y en muchos otros trabajadores de otros sectores. La diferencia está en lo económico, como en casi todo en la vida, y es una desgracia que así sea. En España, la mayoría es mileurista, algo que un jugador de Segunda División supera con creces, así que si un servidor va a hacer una defensa de este jugador, no es por cómo le deja la situación de no haber tenido ninguna llamada del club para renovarle el contrato. Mi defensa se basa en que desde que comenzó el año y parece que se decidió no seguir contando con sus servicios, se decidió por parte de la dirección deportiva y del entrenador de ese momento, el pintor de batallas perdidas, dejar de contar con él de manera drástica, cuando hasta ese momento siempre que físicamente estaba bien era un fijo en las alineaciones.
Lo que sorprende es que con Víctor Fernández la cosa no ha cambiado. Del entrenador actual no se puede dudar ni de su zaragocismo ni de actuar de manera independiente, y no aceptar intervenciones en su parcela. Pero a un servidor le extraña que cuente tan poco como él. De los tres partidos que se lleva con Víctor, en los dos primeros Fran Gámez entró en el tiempo de descuento, ya pasado el minuto 90, y para jugar en un puesto distinto al de lateral derecho. Pero lo de esta última jornada sí que es difícil de explicar. Se puede y se debe entender que es el entrenador quien decide quién juega y en qué posición lo hace, y parece ser que le gusta más Mourinho que Fran. Algo respetable, por supuesto, pero que humildemente yo no comparto. Además, a mitad del primer tiempo, el uruguayo fue amonestado con tarjeta amarilla, dejándole en una situación complicada y frágil y con mucho tiempo por delante para sufrirla. Añadiendo la razón principal de que por mucho que nos digan, no es su situación ideal en el terreno de juego. Defendiendo cumple, pero atacando lo hace de manera atropellada y alocada, apenas centra balones con peligro, y el peligro, valga la redundancia, lo crea él al aturullarse en esos ataques y perder el balón y provocar un agujero que se convierte en socavón en la zona defensiva. Pues con todo esto, Mourinho jugó casi todo el segundo tiempo con esa tarjeta y Gámez saltó al campo pasado el minuto 80.
No se entiende que a Víctor no le gusta más Fran Gámez que Mourinho. Si echamos atrás en el tiempo, vemos que los años buenos de Víctor en el Zaragoza, los que rodean al año de la Recopa, el jugador que ocupaba esa posición era Belsué. Un jugador de pequeña estatura, físico no muy fuerte, pero que subía la banda muy bien y centraba mejor, que con la experiencia fue mejorando mucho en la parte defensiva. Salvando las distancias, creo que Fran Gámez tiene más cosas en común con Belsué que Mourinho. Altura y físico parecido, y características de juego similares. Mourinho y Belsué se parecen de la misma manera que Paz Padilla a Scarlett Johansson. Pero ya se sabe que el sueño de la razón produce monstruos, y no estoy hablando de Zedadka, el tercero en discordia, y que nadie entiende su fichaje, aunque alguien, seguro, se habrá beneficiado de su realización.
No sé si el Zaragoza tendrá apalabrado un lateral derecho para la próxima temporada, pero no creo que vengan Carvajal o Cancelo, ni ninguno de ese nivel. Fran Gámez es un jugador que su profesionalidad no puede ponerse en duda y que nunca sobran ni molestan en una plantilla. No veo mal que se fiche a otro jugador en el que se tengan puestas más expectativas, pero cada puesto debe estar doblado, y Gámez me parece la mejor opción. No olvidemos que estamos en Segunda División, y después que juegue el mejor. Mientras tanto, lo que queda de temporada, la banda derecha defensiva del campo seguirá regada de sangre. Fran Gámez tiene las manos limpias, y lo que es mejor para él, tiene la mejor coartada. Cuando se produjo el crimen, él estaba en el banquillo. Hay fotos y videos que lo atestiguan.