El levantamiento del secreto de sumario de la Operación ‘Oikos’ sigue revelando todos los detalles de las investigaciones que han llevado a cabo miembros de los grupos especializados de delincuencia organizada de la Policía Nacional.
Así, se pudieron captar numerosas conversaciones telefónicas entre los investigadores en las cuales, según la Policía, “se ha observado que existen indicios claros de criminalidad“.
Según el sumario, Íñigo López se reveló como pieza fundamental dentro de la Organización Criminal. Él era el encargado de hablar con el presidente de la SD Huesca, Agustín Lasaosa, para intermediar entre los líderes de la Organización y los clubes afectados.
En palabras de los investigadores, la corrupción en la SD Huesca ha alcanzado cotas muy altas, ya que se encuentra dentro de la misma su máximo dirigente, el cual se aprecia que estaba en una situación de desasosiego y miedo frente a Caros Aranda y Raúl Bravo, a quienes se refiere como “los malos”. Ambos contactaron con él para exigirle el pago de una deuda que tenía contraída con ellos.
Agustín Lasaosa debía pagar una presunta deuda
El pago de la deuda referida en las investigaciones policiales a las que ha tenido acceso SPORTARAGON.com, fue pospuesto para después del cierre del mercado de fichajes de invierno -31 de enero-. Al no producirse dicho pago, tanto Raúl Bravo como Carlos Aranda presionaron, presuntamente, a Agustín Lasaosa e Íñigo López para amañar algún partido.
El Extremadura entra en escena en el sumario
De las conversaciones interceptadas por la Policía, y según consta en el sumario, “se observa que el club elegido tanto por el presidente de la SD Huesca como por Íñigo López es la U.D. Extremadura, debido a la relación que les une con el presidente Manuel Franganillo y el responsable máximo del equipo de Almendralejo Luis Oliver”. En esa época, Agustín estaba negociando el fichaje de Enric Gállego, delantero del Extremadura que acabó en el equipo oscense.
La deuda del Huesca con Íñigo López, “el negociador”
Los investigadores policiales llegaron igualmente a la conclusión de que la SD Huesca tenía una deuda con Íñigo López debido a que este adelantó anteriormente el dinero para pagar a los jugadores, teniendo que devolverle el equipo oscense lo adelantado más los beneficios obtenidos.
Pero Íñigo también jugaba un papel fundamental en la prórroga de la deuda con los líderes de la Organización que iba a ser negociada después de enero. Según la Policía, “es él el que tiene no solo contacto directo con “los malos” -Raúl Bravo y Carlos Aranda- si no que además goza de su confianza.