El Sabina Bowl nace con deseo de continuidad. El sábado se jugó un amistoso de fútbol americano entre el Mercenarios Villamayor y el Berserkers cántabro. Buen ambiente y fiesta. Antes, durante y después del partido. Quien no estaba invitado era el cierzo y se presentó. Hizo de las suyas y los invitados cántabros se llevaron la sorpresa del Moncayo, por lo que no faltaron los comentarios en referencia al clima que aventuraba como iba a ser el partido. Aunque con menos gente de la habitual en Villamayor, seguramente por el clima desagradable, la grada estuvo animada y guiada por el magnífico speaker llevaron en volandas al equipo aragonés durante todo el encuentro. Mención aparte merece este showman que explica lo que va ocurriendo en el encuentro y transforma en espectáculo la cita sobre el fútbol americano.
Limitados por el cierzo
El viento limitó bastante el juego de pase, aunque se pudieron ver algunos buenos lanzamientos cuando el cierzo dio tregua, predomino el juego de carrera durante todo el partido probando la decisión de los ataques y contundencia de ambas defensas. En el partido predominó la deportividad y si bien los jugadores dieron todo de si mismos, como no puede ser de otro modo en este deporte de contacto, el equipo arbitral no tuvo ningún problema para dirigir este encuentro.
El marcador cayó de lado de los locales con un 30-2. También es cierto que en este partido era lo de menos, ya que lo importante de la cita era que se celebraba la primera edición del torneo de fútbol americano de Villamayor de Gállego, la ‘Sabina Bowl’. El torneo surge con el objetivo de ser anual y toma nombre del árbol que es icono para la localidad.
Ambos equipos siguieron celebrando el torneo cenando juntos y disfrutando de la noche zaragozana hasta que el cuerpo aguantó.