El Bada Huesca casi no ha tenido tiempo de saborear la victoria contra el Alcobendas. El miércoles se sube al autobús rumbo a Cuenca donde por la tarde le espera un partido contra un rival siempre incómodo. La primera premisa será ver cómo responden ambos sietes sobre el 40×20 cuando las dos jornadas llegan tan apretadas. Los conquenses vuelven a su casa después de haber ganado (27-30) en la pista de Puente Genil lo que les hace más peligrosos ya que empieza a abrir hueco con la cola de la Asobal. Eso sí, la liga sigue con su efecto engaño si uno se queda mirando la clasificación. Cuenca es 12º y Bada 6º. Entre ellos tres puntos. Es decir, una diferencia nimia.
Cuenca ha armado un buen equipo para estar presente en las competiciones nacionales y europeas. Con el fin de afrontar la EHF con garantías fichó y eso implica siempre un periodo de adaptación. Es de esos equipos que tienden a ir a más conforme pasan los primeros partidos de la temporada hasta desembocar en una mejor conjunción. Los conquense pasaron la primera ronda de la competición europea que da una tregua antes de la fase de la liga con lo que focalizan el trabajo en la Asobal.
Y hablar de Cuenca es hacerlo también de su afición. Siempre es una pista caliente, influyente en las decisiones y que aprieta mucho cuando el marcador está igualado. El mejor antídoto del Bada Huesca para ello es el grupo. Ya saben lo que es jugar allí y el ambiente que les espera. Cuenca tiene ese sabor a champán o gaseosa. Allí ha ganado bien el Bada, y también ha perdido de forma clara.
Nolasco tan solo ha contado en el entrenamiento de esta tarde con la baja de Miguel Malo, con proceso febril que se espera que no vaya a más. Pinto sigue acelerando la recuperación, pero aún tardará en regresar al equipo que terminará la semana competitiva el sábado contra el Valladolid en el Palacio de los Deportes.