El Real Zaragoza encontró en Castalia la victoria que no fue capaz de obtener por sus propios medios en el Tartiere. Si Paulino de la Fuente le arrebató al conjunto de Gabi lo que había ido a buscar a Oviedo, Markanich se lo devolvió con un tanto imprescindible para explicar la salvación del Castellón y también la tranquilidad con la que el Zaragoza afronta esta semana: los maños mantienen a raya el descenso, todavía a más de un partido de distancia.
El Real Zaragoza guarda en su mochila varias premisas definitivas para los dos partidos que restan del curso 24/25. La más importante es que depende de sí mismo: si vence al RC Deportivo de la Coruña conseguirá la salvación. En el último día de la vieja Romareda, tendrá de su lado también el componente emocional. En el lugar donde pareció hasta la llegada de Gabi Fernández un equipo menor, espera cerrar la temporada y la historia.
Al Real Zaragoza nunca le vinieron bien los pronósticos este año. Superado en casi todos, solo en un par de ocasiones le llevó la contraria a la lógica. Sea como fuere, llega a las últimas dos semanas de liga con una ventaja competitiva: conserva un pequeño margen de error que su mayor perseguidor no tiene. El Eldense está obligado a ganar los dos encuentros y a esperar acontecimientos para preservar su puesto en el fútbol profesional.
En el lugar más difuso de la escena aparecen los rivales de unos y otros. Mientras RC Deportivo de la Coruña y Castellón cuentan los días para empezar sus vacaciones, Racing y Huesca apuran sus opciones para alcanzar el ascenso directo y el playoff, respectivamente. Con esa baza también a favor del Zaragoza, el fútbol ilustra otra cosa: las distancias no son tan grandes como ilustra la clasificación.