Míchel insiste en que su equipo mantenga el poder, pero para hacer daño. Por eso, en la rueda de prensa posterior al partido contra el Sporting, el técnico del Huesca no disimuló que no le había gustado ese dominio efectivista, pero no efectivo. Lo habló con sus jugadores nada más terminar el partido. Alabó el juego del equipo asturiano e insistió en esa necesidad de hacer daño al rival cuando se tiene el cuero. Además, el Huesca flaqueó cuando el Sporting estuvo con uno menos. Eso sí, Míchel subrayó que estaba “muy satisfecho” con el trabajo del equipo y con la victoria: “Ha habido pocas ocasiones, pero el ritmo de juego y el peso del partido lo hemos llevado en todo momento. Estoy satisfecho por cómo competimos y cómo buscamos la meta contraria”.
Respecto a los cambios que introdujo en el campo, el técnico del Huesca explicó que el de Raba fue por el riesgo de que en alguna jugada viera la segunda tarjeta, el de Pedro fue por una molestia en el soleo y el de Rico ha sido por un esguince de rodilla. Míchel insistió en la calidad del Sporting como bloque y la buena estructura de fútbol desplegada sobre el campo para explica la dificultad de desarrollar su fútbol. “No es fácil”, doblegar al Sporting, insistió Míchel satisfecho porque sus jugadores dominaron el encuentro. “Me voy muy satisfecho con el 1-0 y con mantener la portería a cero. Hemos concedido muy poco ante un rival que tiene mucha gente por delante del balón”, recalcó.
Abrazo de Míchel con Yáñez
La acción de Yáñez, en ese último segundo del partido con una parada que dejó los tres puntos en casa y con el que se abrazó al término del encuentro, fue calificada por el míster del Huesca como perfecta. ”Es un chico que viene para sumar. Llevaba tiempo sin jugar 90 minutos y ha tenido una actitud espectacular. Ha sido valiente en muchas decisiones y lo que le pedíamos. Tenemos confianza en él como en Álvaro y Antonio. Tengo una plantilla que cualquiera querría”.