HUESCA|El Huesca y el Real Zaragoza acaban de empatar un derbi que se afeó con las rojas a Pulido y Zapater en la primera parte. La de Pulido fue por una entrada a Simeone en el centro del campo en el minuto 27 trastocaron los planes de Ziganda y se pudo cargar la mística que envuelve un partido de máxia rivalidad. Fue una entrada fuerte, con los tacos por delante y el árbitro no tuvo duda alguna. En la repetición de la jugada había más incertidumbre sobre si ejerció tanta violencia sobre el delantero argentino como para ser expulsado. Ziganda respondió sacando del campo a Joaquín, quizá su mejor jugador sobre el prado hasta ese momento, por Rubén Pulido.
La expulsión fue agua de mayo para el Zaragoza. Un minuto después, Bebé abría el marcador y cambiaba de raíz todo lo visto antes. El portugués finalizó una acción que condujo Simeone, perfectamente recuperado de la tarascada del capitán del Huesca. Siete minutos después de la roja a Pulido, Zapater vio la misma tarjeta. Levantó la pierna por encima de la cadera e impactó con sus tacos en la cara de Sielva. Quizá la roja excesiva, pero el listón estaba bajo.
Ni que decir tiene que el partido ya respondía a un derbi. Había tensión sobre el prado y en la grada. Lo mejor para los intereses de Escribá es que mandaba en el marcador. El Huesca vivía espoleado por su grada y ante la igualdad de jugadores buscar el empate antes de que acabara el primer acto. Lo firmó Obeng. Ratiu lanzó duro, desde fuera del área, rechazó Cristian y el ghanés la coló.
Ese empate dejaba un segundo acto completamente abierto en un partido que arrancó de forma tímida. Si el Real Zaragoza imprimió la maquinaria a tope en el partido de la primera vuelta, en la segunda propuso templar ante un Huesca que en su casa se crece como en ningún otro sitio. Si era previsible un inicio de rompe y rasga, la realidad fue otra. Hasta el minuto 27, un partido más. Ni rastro de lo que se espera un derbi. El Huesca le dio la bola al Zaragoza para dibujar el partido que más le gusta: buen sistema defensivo con la seguridad que da Andrés bajo palos y a cazar un ataque champán. Vamos, la película de siempre en El Alcoraz.
Escribá dio entrada a Alarcón por Puche para meter más músculo en el centro del campo. El Huesca apretó vía Obeng que en el arranque exigió a Cristián hurtando el gol a Valentín que, con el paso de los minutos fue uno de los principales argumentos ofensivos del Huesca. Si los de Ziganda apostaron por la verticalidad, los de Escribá por la contención, el sobo del balón y la muleta para frenar al Huesca.
El empate elevó la duda en el temor a arriesgarse a perder. Y eso que ya se juegan con lo que ocurre en otros campos y si le valía de poco al Huesca, de menos aún al Zaragoza. Escribá fue el primero en mover ficha sacando al campo a Eugeni y Bermejo; y Ziganda puso a Mateu y Kento para buscar cosas distintas. Con un partido que tendía a no hacerse daños, Cristian sacó un centro de Florian Miguel que le salió una rosca a puerta tremenda para que se luciera Cristian. La impresión es que el punto le venía bien a los dos. Ya se verá i el empate les sirve al Huesca y al Real Zaragoza.
FICHA TÉCNICA
SD Huesca: Andrés; Ratiu, Blasco, J. Pulido, Florian; Juan Carlos (Mateu 78’), Timor, Sielva (Kento 78’), Valentín (Javi Martínez 87’); Obang (Kanté 87’), Joaquín (Pulido 30’).
Real Zaragoza: Cristian; Nieto, Jair, Francés, Fran Gámez; Bebé (Eugeni 76’), Zapater, Francho, Vada (Bermejo 76’); Puche (Alarcón 46’), Giuliano Simeone (Gueye 83’).
Goles: 0-1. Min 31 Bebé. 1-1 min. 47 Obeng
Árbitro: José Antonio López Teca. Roja Pulido 27’. Roja Zapater 34’. Amarilla bebé 41’. Francho 74’.
Incidencias: 8.443 espectadores en las gradas de El Alcoraz. Pulido recibió una camiseta en homenaje a sus 200 partidos defendiendo el escudo de la SD Huesca.