La derrota de Casademont Zaragoza en la pista del Real Madrid ha dejado muy frío el ambiente entre la afición rojilla (94-69). No tanto por la derrota en sí, previsible dada la entidad del rival, sino por la forma. Especialmente doloroso es ver el 27-3 antes de acabar el primer cuarto.
El técnico Jaume Ponsarnau define la situación como «inexcusable», ya que han empezado el partido «sin tono». Reconoce estar «enfadado, disgustado y decepcionado». Ha aseverado que algunos jugadores que tienen que ser importantes «se han diluido», pero tampoco escurre el bulto. Insta a todo el grupo a «dar una respuesta», a la vez que señala que él debe ser el primero. «Tenemos que dar una respuesta y la daremos», afirma convencido.
La mentalidad
En cuanto a los motivos de la debacle, Ponsarnau cree que a Casademont Zaragoza le ha faltado «mentalidad». «Debemos entender que tenemos que ser un equipo que juegue más junto, más claro, más duro y, a partir de ahí, encontrar fuerza mental en los jugadores», expone.