La escalada es un deporte magnífico y practicado por muchos, pero requiere de bastante coraje, valentía y algo de práctica. Para desenvolvernos con soltura en las montañas, tenemos que dominar ciertos accesorios y saber cómo reaccionar en todo momento, ya que el riesgo se multiplica si no contamos con la experiencia necesaria y no tenemos a ningún profesional con nosotros. En este sentido, el rocodromo es un complemento ideal para iniciarnos y conseguir esa práctica tan valiosa en la escalada, llegando a la montaña con la confianza y los conocimientos suficientes.
¿Qué es un rocódromo y qué particularidades tiene?
El rocódromo es una estructura diseñada para imitar la naturaleza de la pared de una montaña natural. Tiene dos intenciones principales: practicar la escalada de forma convencional sin necesidad de desplazarnos a la montaña, o bien entrenar determinados movimientos y habilidades que nos permitirán desenvolvernos mejor y con más seguridad cuando vayamos a las mismas. Podemos encontrar estas estructuras en muchas ciudades españolas, ya estén al aire libre o en recintos cerrados.
A medida que ha pasado el tiempo, muchas personas se han aficionado por practicar el deporte en rocódromos, ya sea porque les parece una manera atractiva, o bien porque prefieren realizarlo en un entorno más seguro y controlado. Además, las paredes de los rocódromos y los puntos de agarre se pueden personalizar, por lo que escalar de esta manera llega a convertirse en un deporte exigente e intenso.
Componentes y formas de entrenar en el rocódromo
Los rocódromos están fabricados con una estructura metálica y, en cambio su superficie varía en función de la localización del mismo. Además de las placas metálicas que aseguran la estructura general del rocódromo, estos tienen dos elementos indispensables que lo componen:
- Elementos de seguridad. Al tratarse de un deporte controlado por monitores, los escaladores deben cumplir con todas las medidas de seguridad necesarias, por lo que se les proporciona una cuerda para evitar problemas en caso de caída. Una persona (el monitor) se encarga de asegurarla para que no ocurra ningún accidente peligroso.
- Presas. Son pequeños objetos con distintas formas y diseños, y simulan los salientes de las montañas. El escalador se apoya de estas presas para subir hacia la cima del rocódromo, y podemos variar su posición a nuestro gusto, por lo que es una buena manera de incrementar o disminuir la dificultad de la actividad.
Al tratarse de una actividad controlada y personalizable, existen diferentes (y divertidas) maneras de ponernos a prueba en el rocódromo. Aunque el repertorio es bastante extenso, algunas de las formas más habituales de emplearlo son las siguientes:
- Con un solo pie o mano. Consiste en realizar el ascenso a la cima sin utilizar alguna de tus extremidades en todo el transcurso, ya sea un pie o una mano.
- “Pillapilla”. Es una buena modalidad para ganar agilidad y velocidad, y consiste en dejar un poco de tiempo para que otro escalador empiece a subir, y tratar de pillarlo antes de que llegue a la cima.
- Con los ojos vendados. Aumenta significativamente la dificultad de la escalada y te obliga a activar tus sentidos para llegar hasta el final.
En definitiva, el rocódromo es un recurso excelente para todos los apasionados de la escalada, que podrán poner en práctica sus habilidades, así como entrenarlas de manera constante. Si quieres mejorar en este deporte, te dejamos algunos consejos de escalada muy recomendables, que podrás poner en práctica para perfeccionar tu paso por las montañas.