ZARAGOZA | Ager Aketxe vivirá una semana entre algodones, según informó Aragon Deporte. El futbolista bilbaíno abandonó el césped del Nuevo Arcángel con molestias, afectado en la zona isquiotibial. De momento no hay parte médico y, por tanto, no es todavía la decimosegunda lesión del curso. Al margen de sus molestias, Aketxe no se escapa de un debate recurrente: su lugar en el plan de Víctor Fernández y su rendimiento en la temporada.
Las sombras sobre Aketxe parecen claras. El Real Zaragoza esperó su fichaje como la carta definitiva, un jugador diferencial. De momento, no lo ha llegado a ser. En su trayecto ha luchado contra todos los elementos: un curso sin pretemporada, una lesión muscular y un encaje complejo en un equipo hecho para correr. La evolución de su juego no avanza por ese lugar: es un futbolista que necesita expresarse a través del pase, que vive ya del balón al pie. Y en un Zaragoza que cree en el intercambio de golpes, en la transición como su ABC, Aketxe no llega a todas las estaciones.
Un zurdo y su contexto
Ha tenido cierta incidencia en alguno de los resultados, pero siempre ha dado la impresión de que era poca cosa al lado de todo lo que se esperaba. Especialista en golazos, el Zaragoza sigue en busca de su primer fogonazo. En Cádiz marcó un gol feo y su bagaje se resume en dos asistencias (Elda y Córdoba) y algunas acciones en las que fue definitivo: su centro en Huesca para el gol de Azón o su incidencia en el tanto que marcó el canterano ante el Granada. Su primer golazo, si llega, se esperará con un reproche: “Ya era hora”, murmurará La Romareda.
Ager Aketxe vive en un lugar poco amable: en la distancia exacta entre el jugador que es y el futbolista que se esperaba que fuera. Mejora en las segundas partes y su progresión parece visible, pero muy lenta al lado de todas las expectativas. De hecho, cunde la sensación de que en sus últimos encuentros (especialmente en La Romareda) está haciendo como mediocampista lo que ya no puede hacer como enganche. Su ubicación es también objeto de debate: hay quien cree que no tiene fuelle para ser un jugador de banda y que la evolución de este equipo pasa porque se ubique en el centro, como el director del juego.
Aketxe en Córdoba
Quizá el mejor ejemplo de sus virtudes y sus defectos se vio en dos jugadas en El Nuevo Arcángel. Hiló fino para encontrar a Marcos Luna en el área, en un pase plástico, perfecto, que en este equipo parece solo a su alcance. En la jugada siguiente, se hizo el remolón y no llegó a ayudar a Marcos Luna en la marca de Jacobo. El fallo más flagrante tuvo a Lluís López y Bernardo Vital en el foco, afectó a Luna en la corrección y tampoco dejó en buen lugar a Aketxe, que no llegó al sitio del remate. Al margen de esa impresión, su huella en el gol de Marcos Luna fue mucho mayor que la responsabilidad que se le puede adjudicar a él en el tanto del Córdoba. Aún así, en un claro ejemplo de lo que Aketxe genera, al acabar el partido muchas voces le daban más importancia a una cosa que a la otra.
Víctor Fernández espera a Ager Aketxe para el Albacete y no cuestiona su nivel y su talento: “No podemos dudar de Aketxe”, sigue pensando y diciendo el técnico. Al mismo tiempo, una parte de la crítica ha empezado a hacerlo. Sobre él la afición sigue emitiendo opiniones muy diferentes. Algunos ven progresos y otros solo sienten decepciones. Cuesta, eso sí, no coincidir en una sentencia: han pasado 16 jornadas y Aketxe aún no ha firmado un gran partido. Y tampoco ha marcado uno de sus goles.