Durante la época de Leo Franco, el Huesca empezó en la cresta de la ola, sumando en el debut y en el siguiente partido 4 de esos 11 puntos. Sin embargo, de los siguientes 51 -17 partidos- solo sumó siete. Además, la segunda victoria de la temporada llegó en enero, en el penúltimo partido de la primera vuelta. Entre medias, tan solo cuatro empates (Girona, Getafe, Levante, Villarreal) que hicieron que los azulgranas se alejaran mucho de sus competidores.
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Enero, inicio del cambio
La llegada del mercado invernal vino de la mano del desembarco en Huesca de dos jugadores indiscutibles para Francisco. Enric Gallego en la delantera y Javi Galán en el lateral izquierdo son piezas claves en el esquema del almeriense. Por su parte, Juanpi Añor, Yangel Herrera, Martín Mantovani o Adrián Dieguez también tienen un peso importante, aunque su importancia no es como la de los dos primeros.
Estas llegadas, junto con algunas salidas de futbolistas que no sumaban, cambiaron la cara a la SD Huesca. Desde que se cerrara el mercado el 31 de enero, los azulgranas suman tres victorias (Valladolid, Girona y Sevilla) y cuatro empates (Espanyol, Celta de Vigo, Levante y Barcelona). A estos trece puntos hay que sumar el conseguido en Anoeta el 27 de enero.
Estos 14 puntos sitúan al Huesca en la posición 14 de los últimos 13 partidos con cuatro de margen con el descenso, en una hipotética clasificación de la segunda vuelta de campeonato. La palpable mejora, no obstante, resulta más que escasa para conseguir el objetivo.
Quedan seis partidos y el conjunto oscense deberá conseguir, para salvarse, tres puntos o más que los obtenidos en la primera vuelta de la temporada, una primera parte del curso que cargó en exceso la mochila de los jugadores, que la llevan arrastrando durante muchas semanas.