Un Alcoraz abarrotado recibió a su equipo como nunca, conscientes de la última bala que se jugaba aquella tarde. Por desgracia, Wass apagó la euforia muy pronto, a los dos minutos del inicio del partido, con el primero de los seis tantos que marcaría el conjunto de Marcelino aquel día. Dos dobletes de Rodrigo y Santi Mina, y un gol de Etxeita, redondearían la goleada que fue maquillada en la última media hora con dos goles de Melero y Gallar.
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A falta de dos jornadas, la SD Huesca descendía de Primera División tras la ejecución definitiva del Valencia CF. Una nueva víctima para los chés que, a lo largo de la última década, ha descendido a cinco equipos. A parte de a los altoaragoneses, Tenerife, Almería y Deportivo de La Coruña también certificaron su descenso tras caer contra ellos. El último ha sido en esta temporada, concretamente en la pasada jornada donde los valencianos endosaron un 4-1 al Éibar que se despidieron de Primera después de siete años.
Tener o no algo en juego
La pesadilla de aquel 2-6 todavía persiste. Sin embargo, hay una diferencia muy importante respecto a aquel encuentro en 2019. Y es que, en ese momento, el Valencia estaba en plena disputa por clasificarse para la Champions League. Ahora, por el contrario, no tiene absolutamente nada en juego salvo en quedar en una mejor posición para recibir más ingresos de LaLiga.
Aun así, la competición ha dejado clara que el hecho de que un equipo se juegue algo o no, no es relevante. De hecho, el conjunto blanquinegro tampoco se jugaba nada contra el Éibar. Por ello, aunque los de Pacheta dependen de sí mismos, también tendrán puestas las esperanzas en que el Athletic de Bilbao ponga las cosas complicadas al Elche.
