El equipo dejó la Liga prácticamente sentenciada con su victoria ante el Atlético de Madrid en el Camp Nou (2-0). Y en cuatro días se juega su pase a las semifinales de la Liga de Campeones. Por ello, el técnico del conjunto azulgrana no quiere arriesgar. Valverde admitió que ha llegado la hora de hacer rotaciones «por las circunstancias» de la competición, pero eso no quiere decir que dé LaLiga por ganada.
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«Muchos piensan que tenemos el campeonato ganado, pero no es así, ni mucho menos. Todavía necesitamos 10 puntos para ser campeones y hay que sumar los primeros mañana. Los cambios son para hacer un equipo competitivo», argumentó. Además, Valverde sabe que, a estas alturas de la temporada, ganar a los equipos de abajo cuesta más: «Se nota que se está terminando LaLiga, que los puntos hacen falta y que todos echan el resto. En los últimos partidos, el Huesca está jugando muy arriba, arriesgando bastante y haciendo goles».
Por eso, el preparador extremeño considera que el 8-2 que logró su equipo en el Camp Nou en el encuentro de la primera vuelta ante el conjunto aragonés «no sirve de referencia». «El Huesca tiene mucho entusiasmo, buenos jugadores en la línea delantera y está haciendo goles. Es un partido peligroso, porque ellos se juegan mucho y tendremos que estar atentos», insistió.
El reto de concentrarse
Hacer «un esfuerzo» para centrarse en el partido de El Alcoraz «y no el de el martes ante el United» es un reto que, según Valverde, sus hombres tendrán que afrontar el sábado. Con Piqué y Suárez sancionados, habrá minutos para Umtiti y Dembélé, los primeros tras recuperarse de su lesión.
El entrenador del Barcelona se refirió a ambos. De Umtiti dijo que lo ve «con ganas de aportar al equipo», pero que ha estado mucho tiempo inactivo y que la defensa «está rayando a gran altura». Y de Dembélé, que el partido ante el Huesca es «importante» para él, pero «no pensando en el partido del martes sino en el de mañana».