El Real Zaragoza sigue anclado en el empate. El equipo no consigue sumar los tres puntos, ni siquiera en La Romareda, con la grada prácticamente llena y con un penalti a su favor cerca de expirar un derbi. “Necesitamos ganar, jugamos en casa y con el penalti del minuto 82”. Estas eran las palabras de Alberto Zapater al acabar el encuentro contra el Huesca. El capitán del equipo zaragozano es consciente de que el equipo tiene que conseguir una victoria, y más jugando en casa. El de este lunes fue un partido abierto en el que cualquiera de los dos equipos podría haber materializado alguna de sus ocasiones, pero el Real Zaragoza tuvo la más clara, un penalti. Por esto mismo, “no das por bueno el punto”, aseguró Zapater coincidiendo posiblemente con la opinión de cualquier zaragocista que viese el partido.
“Estamos haciendo cosas bien pero necesitamos esa victoria que nos refuerce todo lo que hacemos”. Las palabras del canterano estaban entre el consuelo y el lamento, pues el buen juego no significa nada si los puntos no acompañan. Y ya son demasiadas veces sumando de uno en uno. Ayer la afición se implicó al 100% y no tuvo la respuesta que esperaba, que era, por supuesto, una victoria ante un adversario contra el que existe gran rivalidad. Ahora que las restricciones sanitarias ya lo permiten, la acogida al autobús del conjunto fue muy parecida a la era precovid. Así lo sintieron también los jugadores, tal y como lo describe Zapater: “Desde la llegada del autobús son momentos que vivirlos son increíbles, que emocionan y que hacen que los compañeros vean lo que significa el Zaragoza”.
Zapater y la necesidad de vencer
Los recién llegados y los que con la pandemia no había podido vivir todavía esos momentos de emoción y tensión y eso, según el capitán, “se refleja en un partido de mucha intensidad”. “Nosotros nos estamos jugando mucho”, expresó el 21y aseguró, consciente, que se encuentran “en una situación que nos está costando ganar y era importantísimo”. No solo era importante contra el Huesca, sino que ya van cinco empates consecutivos y nueve partidos de Liga en los que solo se ha ganado una vez. Y no fue en La Romareda.
“Venimos de muchos empates, de días que hemos merecido ganar”, comentó Zapater y añadió que por cómo acabó el partido, por la segunda parte que hizo el equipo, ayer se fueron a casa “jodidos”. Sin poder regalarle a la ciudad un triunfo que celebrar el día del Pilar. Sin embargo, también se mostró optimista. “El balón entrará, hay que confiar”, afirmó. El capitán del Real Zaragoza trató de quitar hierro a asunto explicando que es normal que los penaltis se fallen, pero “este había que meterlo”, aseveró también. El peso recae hoy en Álvaro Giménez, que estrelló el balón en el palo desde los once metros, pero también en cualquier delantero del equipo. Ninguno de ellos está consiguiendo dar al Zaragoza lo que necesita.