El día de la marmota

Empató el Real Zaragoza en un encuentro complicado, de brega y poco ritmo que nadie abrió. Tasende pudo abrirlo de falta e Iván al final con un cabezazo que se marchó a la madera, pero esta vez la suerte no estuvo del lado blanquillo. 7/9 en las primeras tres salidas para seguir construyendo desde una posición privilegiada.

Poussin (7): Dejó una intervención providencial cuando ya se mascaba el 1-0 en Anduva en un momento clave, que podría haber tenido un doble impacto en el partido. No sufrió. Solvente.

Calero (5): Acabó desfondado después del ida y vuelta de la segunda parte, pero siempre transmitió sensación de seguridad. Ató en corto a Lachuer, hizo muy ancho al Zaragoza y, aunque le costó ganar metros, sus centros siempre representaron una amenaza.

Bernardo Vital (8): Fue el mejor. Por arriba y por abajo lo cortó todo. Se emparejó con Panichelli en el duelo que marcó el partido y salió vencedor. Sus conducciones, además, siempre fueron un atajo. Dominante.

Lluís López (6): Fue entonándose con el paso de los minutos. Cometió varias faltas que supusieron peligro real y atravesó tramos de dudas y nervios dentro del partido. Aún así, el Real Zaragoza volvió a dominar su área, en la que posiblemente es la mejor noticia del partido.

Dani Tasende (5): Dejó 90 minutos caóticos, en los que combinó acciones buenas y malas casi de manera constante. Estuvo muy cerca de abrir el marcador con un lanzamiento de falta espectacular, pero atrás volvió a dejar dudas.

Pau Sans (5): Fue un incordio durante los 45 minutos que estuvo sobre el césped, pero no encontró acciones similares a las del otro día en Cartagena. A todas las recepciones les imprimió verticalidad y electricidad, aunque con menos acierto y le acabó penalizando.

Keidi Bare (4): Condicionó su partido desde muy pronto con una entrada a destiempo que le costó la amarilla. No dominó los duelos ni el balón y tuvo que repetir esfuerzos porque tenía que cubrir un latifundio a su espalda. Mal día en la oficina.

Marc Aguado (4): Lateralizó en exceso su posición y cayó mil veces en el error fácil. No consiguió que el Real Zaragoza progresara a través del pase y la sensación es que su sustitución llegó tarde.

Adrián Liso (4’5): No estuvo tan fino como acostumbra en los contactos con el balón y el partido se jugó en muy pocos metros, por lo que apenas pudo hacer valer su arrancada en carrera. Cuando lo hizo no consiguió sacar posiciones de centro. Lo probó con un disparo cruzado a poco de terminar la primera parte… pero flojo.

Soberón (4): Muy gris. Víctor lo cambió al descanso después de una primera parte de nulo juego interior y escasas caídas al espacio. Siempre estuvo bien cubierto y ofrece cosas distintas cuando recibe, pero puede dar más.

Samed Bazdar (4): Vivió su peor día como zaragocista. De referencia le costó leer el juego, anticiparse a las jugadas, y Tachi le comió la tostada. De segundo punta intervino más, con mayor tino, pero no con el suficiente, porque Víctor lo cambió mediada la segunda parte.

También jugaron:

Iván Azón (6) : Agitó el encuentro y estiró al Zaragoza, que lo necesitaba como el comer. Generó acciones de peligro dentro del área y estrelló un cabezazo en el palo en el tiempo de prolongación. Su cambio surtió efecto.

Adu Ares (4): No estuvo bien en su primer día como zaragocista. Jugó en ambos costados y tuvo situaciones para explotar su uno contra uno, pero lo hizo mal y no supo elegir.

Francho Serrano (5’5): Bien. El Zaragoza lo encontró varias veces al espacio y entre líneas siempre se mostró indetectable. Pide más minutos.

Toni Moya (6): Su salida volvió a hacer bien al equipo. Cogió el timón del Zaragoza y le hizo asentarse en campo contrario. Colgó buenos balones al área, todos sinónimo de peligro.

Alberto Marí (SC): Víctor le dio un descuento y no pudo explotar su remate. Dos toques de balón y ninguna opción para marcar en el tramo decisivo.

Entrenador:

Víctor Fernández: Tomó decisiones valientes en los cambios, pero en alguna dio la sensación de hacerlo tarde. Su equipo en defensa volvió a estar bien, solvente como acostumbra, pero en ataque careció de ideas y en la circulación se atascó.