HUESCA | El Peñas de Rafa Sanz sigue con problemas de enfermería. El técnico no tiene seguro el número de jugadores que se opondrán este sábado a «un aspirante a la zona alta», tal como definió el preparador al Almansa. Con una plantilla corta de efectivos cada baja se nota. e ha pasado en sus últimos encuentros que los ha contado por derrotas. El equipo aguanta hasta que la gasolina llega a cero. El cansancio pasa factura y la fluidez desaparece. Rafa Sanz ha dado nombres tras encapsular a tocados y lesionados en un mismo container. Ha dejado un esperanzador deseo por el regreso de Chapero y Bastante, la duda de Stümer que ya se quedó fuera en el último cuarto contra el Huelva.
Del rival de este sábado (20.15, Palacio de los Deportes), Rafa Sanz alabó su «potencia y equilibrio». Dos conceptos a los que llega gracias a que es un equipo «poderoso» en su juego interior que le permite tener buen rebote y la amenaza desde el triple. Con independencia del estado físico de sus jugadores o de con cuántos podrá contar para el encuentro, Rafa Sanz mantiene que el juego de su equipo es «proactivo y agresivo en defensa» lo que sin duda deriva en un importante desgaste. La filosofía es esa, eso es lo que se entrena y probar otro baloncesto es muy difícil. De hecho calificó de «lógico» que el equipo vaya de más a menos y en esta tesitura deslizó que igual lo que tiene que hacer es apelar al santoral para cambiar la dinámica… hasta la llegada de todos los jugadores y en condiciones.
Ni que decir tiene que Rafa Sanz espera el respaldo de la grada de la que dijo «es lo mejor que tenemos», aunque lanzó también un quiebro: «Siempre hay ofendiditos», pese a que este equipo es «muy honrado». El hecho de ser una plantilla joven, con escasa rotación y que acumula tres derrotas no deriva en que el vestuario se vaya abajo. Todo o contrario. El técnico ve a una plantilla que está «bien» y con ganas de hacer bien las cosas. Si no sales es producto del cansancio, de que los partidos terminan por hacerse largos.