Para el nuevo técnico de la entidad azulgrana, el objetivo no es directamente el ascenso sino «ilusionar a la gente y que vean un equipo competitivo, que lucha y que juega bien y tenemos confianza que todo esto se pueda conseguir». El acuerdo entre Míchel y la SD Huesca para sentarse en el banquillo oscense fue rápido, aunque se ha demorado diez días tras producirse la operación Oikos por amaños en el fútbol español y que desencadenó, entre otras cosas, la dimisión del presidente, Agustín Lasaosa.
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«Fue una semana de reuniones pero la confianza que me mostraron no me hizo dudar y se ha retrasado el momento de la presentación pero sabía que el Huesca no tenía nada que ver con esto», ha comentado el técnico. Míchel es consciente de que en Huesca afronta como profesional una nueva aventura porque es la primera vez que va a estar fuera del Rayo Vallecano.
Cuerpo técnico
«Tengo una etiqueta pero tengo un reto para ver lo que puedo hacer fuera de casa, y agradezco de corazón que la gente me haya acogido bien, y aunque firmo por una temporada si estoy a gusto en los sitios soy continuista y ojalá esté mucho tiempo», ha afirmado. Junto a Míchel llegan el segundo entrenador Salvador Fúnez y el preparador físico David Porcel. Dos hombres de la casa como Adrián Mallén y Adrián Sipán, serán el entrenador de porteros y asistente, respectivamente. «Tenemos que estar todos unidos porque la Segunda División es muy larga y hay mucha igualdad y pedimos unión para este proyecto», ha subrayado.
Por otro lado, el director deportivo de la SD Huesca, Rubén García, ha comentado que las negociaciones para el regreso de Míkel Rico están «muy avanzadas». Además, deslizó que los siguientes objetivos son para la contratación de un portero y un central. EL equipo, añadió, quiere tener unos 23 futbolistas con «alma y carácter».