Las estaciones de esquí del Pirineo aragonés empiezan a recibir cantidades importantes de nieve. Si sigue este ritmo de precipitaciones podrían abrir el próximo fin de semana.
En el argot de los esquiadores se le conoce como ‘san Paketón’. Y ya se sabe que cuando se atisba el mes de noviembre el deseo es que las cumbres se pinten de blanco. El sector de la nieve mueve mucho dinero. Los valles con estaciones de esquí alpino y de fondo miran al cielo con el objetivo de que caiga la nieve y el mercurio se desplome. Todo para conseguir una buena base sobre la que anclar la temporada. Es decir, que llegue ‘san Paketón’, porque en juego hay muchos millones. El 17% del PIB aragonés tiene en la industria de la nieve su descanso.
Las estaciones de alpino llevan varios días en la carretera y muchos más en las redes sociales. Desde que se prueban los cañones y se lanzan las imágenes para alimentar el deseo de los esquiadores a la promoción pura y dura. El nuevo dominio esquiable de Astún-Candanchú arrancó su gira en Pamplona, Aramón lo hace esta tarde en Madrid donde presentará sus novedades.
Pero ninguna campaña de promoción funcionará sin ‘san Paketón’ y el ‘santo’ está de cara. La nieve cae con fuerza desde hace unos días por el Pirineo que cada vez coge más color blanco. Eso sí, el miércoles llegó con tono rojizo, cortesía del Sáhara… y de un tiempo loco. La red también ha sido pródiga en aventurar un invierno gélido y cuantioso con precipitaciones. Ya se verá. La realidad es que con la nieve caída todo hace indicar que si continua así, la temporada arrancará cuando más lo desean los centros invernales: en el Puente de la Constitución e incluso se podría adelantar para ‘coger’ a los navarros de fiesta por el patrón de su Comunidad: san Francisco Javier, el 3 de diciembre.