Su capacidad para luchar y ganar duelos aéreos es clave para los de Francisco, proporcionando una salida clara de juego que no conlleva arriesgar sacando la pelota jugada. De hecho, su gran estado de forma le ha llevado a ser convocado con la selección catalana para un amistoso.
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Los datos apoyan la sensación externa de que es una pieza clave en el juego azulgrana está muy apoyada por los datos: el catalán ha tenido 140 duelos aéreos en lo que va de temporada, de los que ha ganado casi la mitad (48%). El número, pese a haber disputado solo 9 partidos, ya supera a la media de los delanteros de la categoría ampliamente (60).
La consigna desde el banquillo es clara: el equipo no debe arriesgar con el balón para evitar así fallos defensivos que propicien situaciones de gol al rival, como ocurrió ante el Alavés tanto en la ida como en la vuelta.
Así, el Huesca es el 4º equipo que más balones hace llegar a la portería rival con pases en largo, desde atrás: el 13’3% de los pases hacia los últimos 30 metros del campo salen desde los primeros 30 de campo local. Es decir, el balón va de las inmediaciones de un área hasta las inmediaciones de la contraria con una asiduidad grande. Solo Alavés (13’6%), Leganés (14’8%) y Getafe (17%) superan al Huesca en este registro.
Esta estadística se complementa con un dato abrumador de Enric, que evidencia que está ahí para bajarla y jugarla en corto: solo el 3’3% de sus pases han sido en profundidad o en largo. Todos los demás (96’7%) han sido pases en corto.